Tras su paso por Barcelona, llega a Madrid Hotel Tapa Tour, la primera ruta-concurso de tapas de autor que se realiza en hoteles urbanos. Hasta el 25 de septiembre, algunos de los hoteles más lujosos de capital ofrecerán tapas propuestas maridadas con vinos, cavas y cócteles a precios muy asequibles.
Tal fue la celebridad de estos caldos, que cuando se instauró la Corte de Felipe III en Valladolid (1601-1606), se consumía en la capital vino de esta zona. A lo largo de la historia, la Ruta del Vino de Cigales ha visto pasar a nobles castellanos, órdenes clericales, incluso a los Reyes Católicos o a Napoleón Bonaparte.
En Yecla el vino es una forma de sentir la vida. Se cuenta que hace cuatro mil años los fenicios ya lo producían en estas tierras. Por eso la Ruta del Vino es una de las mejores formas de descubrir esta ciudad murciana, de conocer su historia y sus gentes.
Cerca de una veintena de municipios de Badajoz integran la Ruta del Vino Ribera del Guadiana, en Extremadura, una tierra, cuentan, de suaves colinas donde todo lo que abarca la vista son viñedos que se tiñen de verde.
El Ayuntamiento de Toro está preparando una ruta por las bodegas históricas de la localidad, el complemento perfecto para los visitantes que decidan acercarse a una ciudad que estos meses acoge la exposición Aqva de Las Edades del Hombre.
Al sur de la provincia de Córdoba, en pleno Parque Natural de las Sierras Subbéticas, entre olivares milenarios, nace la Ruta del Turismo y el Aceite de la Denominación de Origen Protegida Priego de Córdoba.
Entre vides, olivos y cereales transcurre la ruta de Montilla-Moriles, donde el vino y la tradición define esta comarca. Adentrarse en este recorrido supone caminar por una tierra que conserva un importante legado cultural, histórico, arquitectónico, artístico y etnográfico.
Descubrir la Ruta do Viño Rias Baixas es imbuirse en la historia de una región que vive por y para el Albariño. Un caldo único que invita a disfrutar de esos buenos momentos que ofrece la vida.
Las tierras de Bullas han vivido por y para el cultivo de la vid desde épocas remotas. Tanto es así que tan solo en el casco urbano se conservan total o parcialmente más de doscientas bodegas tradicionales, la mayoría construidas en los siglos XVIII y XIX.