Desde su creación, la Asociación ha establecido vínculos a través de la gastronomía, propiciando otros tantos concursos de pinchos medievales en cada localidad, que se resumen anualmente en un certamen conjunto, en otoño. Este año, va a tener lugar en Laguardia, en plena Rioja Alavesa, los días 25 y 26 de noviembre. La particularidad de los concursos previos, y lógicamente del Certamen global, es que los chefs deben usar ingredientes precolombinos para su elaboración, lo que les obliga a aguzar el ingenio culinario para reivindicar la historia de sus pueblos.

En 2017, el Certamen Internacional de Pinchos y Tapas Medievales llega a su X Edición. Con el intercambio cultural que se ha generado, los cocineros, en sus sucesivas participaciones, han aprendido unos de otros, y también de la historia de los lugares que han conocido. De esta manera, los concursos y el certamen han generado una cultura del pincho en localidades castellano-manchegas, extremeñas o portuguesas, donde antes no la había, pero también han descubierto ingredientes suculentos y técnicas de cocina que ahora forman parte de los platos de la mejor cocina vasca o navarra.

La belleza de Laguardia, impresionante villa alavesa que acoge este año el concurso, por todos lados rodeada de viñas sobre las que destaca en un impresionante altozano, se verá realzada en el fin de semana del 25 y 26 de noviembre  por la Ruta del Pincho Medieval que dará la oportunidad a los visitantes de degustar siete delicias culinarias venidas una de cada ciudad perteneciente a la Red en otros tantos bares y restaurantes de la villa. El concurso cuenta con la colaboración del Departamento de Turismo, Comercio y Consumo del Gobierno Vasco y de la Diputación Foral de Álava.

La Ruta del Pincho Medieval

En la Hospedería Los Parajes, se podrá degustar el pincho 'Es tiempo de barbacoas', representante de Estella-Lizarra (Navarra). La delicia es obra de Jorge Ruiz Luzuriaga, de Bar Florida. El chef estellés apuesta por un pincho original, cocinado únicamente con pescado. Al igual que hace dos años hiciera con su trampantojo de trucha, a modo de chistorra, el cocinero del Restaurante-Bar Florida ha creado una tapa en la que una parte, el supuesto “carbón”, no es lo que parece, pero que, desde luego, sabe aún mejor de lo que promete.

En la Calle Paganos está el Restaurante Bar La Muralla, donde sábado y domingo se podrá degustar el 'Hegaluze', pincho representante de Hondarribia (Bar Sardara). Sus autores, Gorka y Martin Souto, colocan, sobre una tortita de pan, fina, de hojaldre, de una sola capa, una cama de fresas, que aporta la mezcla adecuada de dulce y ácido. Recordando una de las pocas formas de conservar que había en  el Medievo, sobre el hojaldre, cama rosada, los chefs acuestan un colchón de verduras y legumbres de temporada escabechadas, con habas y aceitunas negras.

El turista gastronómico puede tomar la Calle Mayor para acercarse al Restaurante Batzoki de Rioja Alavesa, donde se expenderá el pincho 'Consuegra Little City' representante de Consuegra (Toledo). Es obra del chef Javier Sánchez, de Tapería Gaudy. El cocinero consaburense ha convertido en tapa la espectacular imagen de la ciudad y sus molinos de viento en el conocido Cerro Caldérico. Y lo ha hecho con lo mejor de la mesa toledana. Sobre un pestiño hecho de harina de almortas, típica de La Mancha, que simula la sobria tierra de la Meseta, el cocinero acuesta cuatro porciones de capón en escabeche, recordando así la forma de conservar del Medievo. La carne se eleva sobre la corteza como el cerro sobre la planicie toledana.

Dejando igualmente a la izquierda la Puerta Nueva o de Carnicerías, el viajero llega hasta el Bar Hiruko, en un edificio que fue una antigua posada. Allí, el pincho a degustar será el 'Rollito de Solomillo de cerdo con puré de boletus y harina de garbanzos', representante de Olivenza (Badajoz). El pincho es obra de Antonio Larios, chef del Restaurante La Marina. Para su elaboración, Larios emplea algunos de los ingredientes con más solera de la vega del Guadiana. En primer lugar, elabora una besamel, hecha con harina de garbanzos. Por otro lado, marca un solomillo de cerdo ibérico, y después de picarlo, lo saltea entre la besamel.

Muy cerca, también en la calle Santa Engracia se encuentra el Bar El Jubilado. Allí, los viajeros podrán degustar el pincho 'Corte de Carrillera ibérica con boletus y foie', representante de Sigüenza (Guadalajara) de Atrio. Es “un pincho sencillo, un guiso transformado en tapa, presentada como un sándwich para degustar en tres bocados, entre dos rebanadas de pan de espelta, con miel, boletus y carrillera de cerdo, todos ellos ingredientes muy seguntinos”, explica Fernando Canfrán, gerente de Atrio.

En dirección a Logroño se encuentra el Hotel Villa de Laguardia. Allí se podrán degustar las 'Capas Medievales', una delicia culinaria, representante de Almazán (Soria). La autora del pincho es Cristina Mateo, y, como indica el nombre, cocina el pincho en suculentas 'Capas', presentadas en una atractiva, y sorprendente para para el comensal, maceta. La primera de estas capas tiene como base un flan de coliflor, cuajado con nata. La segunda es de nuevo de flan, pero en esta ocasión de setas, cuajado con huevos y un consomé. La tercera, superpone una tarta casera, que tiene como ingredientes básicos pepinillos, cebolleta, huevo duro y consomé.

Muy cerca y en dirección a Logroño se encuentra el último establecimiento de la ruta del pincho medieval. Se trata de Villa Lucía Espacio Enogastronomico. El Pincho a degustar se llama 'Financier de ahumado y foie' representante de Laguardia. Con esta creación culinaria, su autor, el chef Juan Antonio Gómez, cumple su compromiso de consumir preferentemente producto de kilómetro Cero, es decir del entorno de proximidad: El foie “está elaborado aquí, en la montaña alavesa”, afirma. La anchoa es un guiño de Gómez a la antigua ruta del pescado que, ya en el Medievo, llegaba a Laguardia procedente de la Costa Cantábrica, y que generalmente “los comerciantes intercambiaban por vino”.

Y si después de esta impresionante experiencia gastronómica, le queda tiempo al viajero, y tiene ganas de pasear existen en Laguardia varios senderos señalizados que coinciden con el GR.38 la “Ruta del Vino y del Pescado”, el GR-120 “Camino Ignaciano” y Gr 99 “Ruta del Ebro”.