Septiembre trae consigo los últimos coletazos del verano y el preludio de un otoño lleno de nuevos sabores.
Un comienzo de estación que invita a saborear lentamente los últimos días del verano con platos repletos de sazón y llenos de color: vibrantes ceviches, tiraditos, saltados, su variedad de ajíes, leche de tigre y causas. El final del verano es solo el comienzo de un festín para el paladar en la actualizada carta de Pucará.
Viaje gastronómico andino
No adentramos ante un restaurante íntimo y personal que sus propietarios, Gian Carlo Panzera y Patrick Griffiths, atienden a diario con mimo y cariño para ofrecer un pedacito de Perú en la mesa. Una carta caracterizada por su mestizaje, por el respeto a una magnífica gastronomía y por el uso de ingredientes que proponen un delicioso recorrido desde la Cordillera Andina, a la costa del Pacífico, pasando por la selva Amazónica.
Pucará ofrece un viaje gastronómico por deliciosos platillos con toques atrevidos y cuidada materia prima que se funden cómodamente con sazones asiáticas e ingredientes mediterráneos en un enfoque renovado y personal. Pucará es aroma andino, una explosión de color, de sabores que guían al paladar por la geografía de una cultura increíble.
Tradición peruana reinventada
Una de las grandes estrellas de la carta es, sin duda, el ceviche, un icónico plato peruano que se reinventa en Pucará con múltiples interpretaciones en sus versiones de atún nikkei; o de mariscos thai; con sabores más afrutados, leche de coco y ají amarillo; de corvina y crujiente de calamar con un fondo cítrico; o la última -y sorprende incorporación- de panceta y patata, una equilibrada reinterpretación de las clásicas patatas revolconas. Todo un torrente de sabores inesperados que rinde homenaje a clásicos de aquí y de allá, fusionados magistralmente.
Pero Pucará ofrece también una propuesta gastronómica con ricos matices pensada para compartir, como son las diferentes opciones de croquetas: las de ají de gallina y las de osobuco y tuétano, una verdadera delicia.
Por supuesto, el mítico anticucho peruano con corazón de res, se saborea también con pulpo y langostino. No podría faltar las deliciosas causas limeñas con pollo, con langostinos o con pulpo. No nos podemos negar ante un refrescante salpicón de mariscos acevichado con su puntito picante. Los tiraditos de influencias más costeñas se amplían con el tiradito de pulpo al olivo; con maracuyá; de corvina en ají amarillo; y el sorprendente tiradito parmesano de corvina.
Para los amantes de la carne hay propuestas como el mítico lomo saltado en nido de patata o la panceta laqueada con char siu con toques más nikkei.
El arte de realzar sabores
La carta líquida, ensambla magníficamente con cada uno de los platos. Sabrosos tragos, como el Pisco Sour o el Chilcano, son una opción perfecta para empezar, terminar o para maridar al gusto.
Pero, la complejidad y la diversidad de sabores en la cocina peruana hacen del maridaje un desafío apasionante. En Pucará, la experiencia gastronómica se eleva gracias a la perfecta combinación de platos con una amplia gama de vinos. Los vinos Orange, los espumosos y los variados estilos de Jerez (Olorosos, Finos y Palo Cortado) se alzan como los más envolventes compañeros para el paladar. Estos vinos no compiten, sino que abrazan la explosión de sabores, realzando cada bocado.