Gala es un viaje al pasado surrealista de la Barcelona de inicios del siglo XX en una reinterpretación contemporánea que se inspira en la naturaleza, la forma, el color, y la alegría.
Un espacio artístico y gamberro, teatral y auténtico. El lugar donde disfrutar de una cocina mediterránea de producto tradicional para comer o cenar, pero también donde tomar el té en el patio alrededor de la fuente o tomar copas en el club hasta bien entrada la noche. Vayas a la hora que vayas, siempre va a haber algo que te haga querer quedarte.
Con la filosofía marca de la casa de Isabella’s y con su founder Marco Garí al mando, en Gala está tan cuidado lo que se ofrece en los platos como el ambiente en el que se degustan. Lo uno no se entiende sin lo otro.
El espacio, diseñado por Quintana Partners, es único y tiene toda la personalidad – algo narcisista y definitivamente voyeur – para convertirse desde el primer momento en un lugar donde ir a ver y a dejarse ver en el que pasan cosas todo el tiempo. Quizás la tarotista que te encuentras de camino al baño te acabe revelando tu futuro más próximo o sus sesiones en el club te hagan bailar hasta bien entrada la noche.
Todo lo que Gala tiene de exuberante lo tiene de honesta su cocina. Inspirada por la naturaleza que es quien dicta el ritmo de la cocina y de los platos en cada momento, el producto es quien tiene todo el protagonismo. Josep Maria Masó, el chef ejecutivo de Isabella’s, ha desarrollado una propuesta de base mediterránea que reivindica lo local reuniendo tradición y modernidad y defendiendo la idea de que la influencia de la cocina del país es uno de los mayores activos de los barceloneses.
Así, los guisos como las judías de Santa Pau con chipirones o los garbanzos con calamares, los huevos como la tortilla abierta con alcachofas y trufa negra, las carnes como el Solomillo Rossini o los míticos Macarrones de la Nona, conviven felizmente con una barra de sushi muy bien surtida para degustar por las noches.
Mención aparte merecen los vinos, que encajan perfectamente con el espíritu respetuoso con el producto de la cocina y, aún más si cabe, los cócteles especialmente diseñados para Gala y preparados en directo que están llamados a convertirse en razón para el peregrinaje nocturno hasta el local.
Barceloneses y visitantes. Parejas, grupos de amigos o familias. Todo el mundo puede encontrar su momento en Gala. Abierto todos los días del año, del mediodía a la madrugada. Las posibilidades son inacabables, tanto que siempre hay que volver.