«Este cambio de ciclo plantea nuevas oportunidades que hay que aprovechar»

César Saldaña, Presidente del Consejo Regulador Vinos del Marco de Jerez, nos analiza la situación del sector quien augura nuevas oportunidades de comercialización a nivel nacional e internacional.

«Con independencia de las irreparables consecuencias en vidas humanas y en sufrimientos personales de todo tipo, no creo exagerado afirmar que la pandemia de la COVID-19 ha provocado un deterioro de la situación económica que podría equipararse a la que habría generado un conflicto armado de dimensiones globales.

Pero también es cierto que son este tipo de fenómenos extraordinarios y ocasionales que sacuden a la sociedad los que determinan los cambios de ciclo y los que, por tanto, plantean oportunidades para aquellos que sepan entender las pautas del nuevo contexto.

La pandemia ha tenido un efecto particularmente perjudicial en el mercado del vino en general y en el de los vinos amparados por nuestras denominaciones de origen en particular. Sin ferias, con la hostelería bajo mínimos y con el turismo extranjero a cero, las previsiones del sector anticipaban un desplome de las ventas de vinos de Jerez y Manzanilla en el entorno del 30% respecto a 2019. Finalmente, el descenso registrado ha sido de apenas un 8%; una cifra muy negativa, sin duda, pero mucho mejor de la esperada. Pero como todas las estadísticas, estos números esconden realidades muy distintas, dependiendo de los mercados y también de los operadores.

Nuestros vinos han tenido siempre un marcado carácter internacional, con prácticamente dos tercios del volumen total comercializado fuera de nuestras fronteras y en un gran número de países de todo el mundo. Pero, además, el sector del Jerez -el Sherry en su acepción internacional- se caracteriza por una enorme heterogeneidad, con bodegas de tamaños muy distintos y con diferentes enfoques de negocio; lo cual es fruto también de la enorme diversidad de tipos que conforman el maravilloso mundo de los vinos de Jerez y la Manzanilla.

En general, y como ha ocurrido en otros sectores, en aquellos mercados en los que nuestras ventas se producen fundamentalmente a través del canal de la hostelería, el impacto de la pandemia ha sido particularmente negativo. Aquellos otros países en los que el consumo del vino de Jerez tiene lugar predominantemente en el hogar, han registrado por el contrario una mejor evolución.

Los dos ejemplos más claros de esta situación antagónica los tenemos precisamente en los dos mayores mercados de nuestros vinos: España y el Reino Unido. En nuestro país, la pandemia ha impactado con toda su crudeza sobre un tipo de consumo que es predominantemente social y que, además de esos eventos multitudinarios como las ferias y fiestas de primavera, encuentra su escenario natural en bares, restaurantes, etc. Como resultado de todo ello, la caída registrada en el pasado año ha sido del 20%.

Naturalmente, aquellas bodegas que enfocan su negocio predominantemente a este tipo de actividad han sufrido y están sufriendo de forma importante. En el otro extremo tenemos al Reino Unido, país en el que la distribución del vino de Jerez tiene lugar fundamentalmente a través del canal alimentación y en el que el consumo final tiene lugar en el hogar. En este caso las condiciones generadas por la pandemia, con la población sin poder viajar al extranjero (algo que los británicos adoran) e incluso confinada temporalmente en sus casas, han provocado un mayor número de ocasiones de consumo y consecuentemente un incremento sustancial de las ventas.

Además -y ahí radica una de las oportunidades que ha surgido de la crisis- las circunstancias han propiciado que los hábitos de consumo en el hogar se hayan compartido entre los distintos miembros de la familia; y así, un producto tradicionalmente asociado a consumidores relativamente maduros como es el vino de Jerez ha sido “descubierto” por miembros más jóvenes de la familia, que lo han adoptado como suyo. Nuevos consumidores que no solamente han ayudado a hacer la compra que antes hacían sus padres, sino que han compartido con ellos más momentos de intimidad familiar.

Concluido el año 2020, interpretábamos que el impresionante crecimiento de las exportaciones al Reino Unido que mostraban nuestras estadísticas (un 17%) tenía mucho que ver con las especiales circunstancias de este mercado derivadas del BREXIT. Recordemos que hasta el 23 de diciembre no se firmó el acuerdo por el que se regirán las relaciones comerciales entre la Unión Europea y Gran Bretaña, por lo que la incertidumbre movió a no pocos exportadores a sobre-estocar, en previsión del eventual establecimiento de barreras arancelarias a partir de principios de año. No sólo eso no ha ocurrido, sino que, ya bien entrado el año 2021, asistimos a un crecimiento continuado de las exportaciones: hasta un 40% en el primer trimestre.

Así pues, es evidente que las circunstancias desde luego indeseables que estamos viviendo han generado también oportunidades que estoy seguro que el sector de los vinos de Jerez y la Manzanilla sabrá aprovechar convenientemente. Ahora sólo falta que el ritmo de vacunación se acelere en nuestro país y que pronto también el mercado español muestre los síntomas claros de recuperación que todos esperamos.»

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