Los veranos más felices saben a chufa

La familia Panach construye un relato emocional en torno a la chufa, una bebida valenciana que, incluso en formato envasado, invita a disfrutar de la vida y los recuerdos.

El verano lo conforman todos esos rituales que cada año nos sumergen por unas semanas en un estado de felicidad y plenitud. Puede que los tiempos cambien y nuestras vidas también, pero hay algo que permanece imperturbable: el deseo de revivir, año tras año, aquellas sensaciones que un día nos hicieron felices.

Las buscamos en ese último baño en el mar antes de subir a comer, en la paella junto a los amigos, en las páginas de un libro o en las meriendas y desayunos de verano que, en el caso de los valencianos, se vinculan de forma inmediata con la horchata y los fartons (dulce típico valenciano). Bien lo sabe la familia Panach, auténticos horchateros desde 1971, que tratan de capturar todos esos recuerdos y sensaciones en su formato diseñado para el consumo doméstico.

El vínculo de esta familia con la horchata se forjó desde el origen (en Alboraia, Valencia) durante los más de cincuenta años de dedicación a este sector. “En nuestra familia todo ha girado alrededor de ella”, comenta el director de la firma, José Ramón Panach. Desde que su padre construyese en 1970 la primera máquina para recolectar chufas hasta hoy mismo, son infinitos los recuerdos que se han escrito tras la barra de la Horchatería Panach.

Xufatopía by Panach

Sin ir más lejos, José Vicente (primo de Panach que hoy tiene 62 años) pudo comprarse su primera bicicleta -una BH color crema- gracias al dinero que ganaba ayudando en la barra de la horchatería con tan solo 10 años. “Yo quería una bicicleta, así que mi tía me ofreció ayudarla durante el verano. Cada día, me ponía detrás de la barra y le servía horchata a los camareros que atendían las mesas”, comenta.

Precisamente, de la disciplina en el trabajo y del amor por el producto que inculcó la madre de Jose Ramón, nació la necesidad de hacer crecer la marca y diversificar la oferta. Porque si algo se ha conseguido, es que la horchata se cuele en todas las casas, incluso más allá de las fronteras valencianas.

Tras un largo proceso de I+D, la familia se lanzó a crear la primera horchata envasada en 2013 y, solo tres años después, llegó la mejor receta para la horchata fresca embotellada: Xufatopía by Panach, un formato posible gracias a un exclusivo sistema de envasado al vacío que permite conservar todas las propiedades organolépticas en el interior de la botella, así como mantener el sabor de siempre. El original, el de la infancia.

El placer de los buenos recuerdos

Un sabor original tiene la capacidad de evocar aquellas sensaciones del pasado que nos hicieron felices, empezando por los recuerdos únicos que generamos durante el verano. Un sorbo a la horchata equivale a sumergirse por un instante en esos días soleados en los que, todavía con el salitre en la piel, se reunía la familia y los amigos para disfrutar de un refrescante vaso de horchata con fartons.

Es un producto que ha alcanzado a numerosas generaciones de un modo u otro. Constituye un recordatorio de todas esas largas tardes de verano, un paseo en bicicleta por el pueblo, un baño en el mar al atardecer, o las reuniones con amigos en las que se ríe y disfruta, sin prestar atención al reloj. Es un instante del mayor placer de todos, el de ‘generar buenos recuerdos junto a los nuestros’.

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