La compañía de envases premium Estal ha lanzado Corkcoal, un tapón caracterizado por la combinación de corcho y carbón activo, con lo que se consigue una reducción de los procesos industriales y de la huella de carbono, así como mejores prestaciones organolépticas.
Estal presentó en el marco de la feria Paris Packaging Week, el tapón Corkcoal, su apuesta por la sostenibilidad y su cuidado diseño. En la fabricación de los tapones de corcho microgranulados tradicionales se emplean complejos procesos industriales, con el consiguiente gasto de agua, energía y agentes químicos. Todo ello con el objetivo de eliminar propiedades no deseadas – sabor, olor, color, etc. -del corcho.
Corkcoal combina dos materiales: el corcho y el carbón activo. Este último elemento neutraliza y atrapa de forma natural las sustancias no deseadas del corcho, además de aceptar e integrar las variaciones de color y tamaño del microgranulado.
Corkcoal es único
En materia de sostenibilidad reduce los descartes y residuos de materia prima sin renunciar a la calidad porque se reducen los procesos industriales de lavado del corcho y no se utilizan blanqueantes químicos, y, por tanto, su huella de carbono es menor.
Además, el carbono activo acelera el proceso de biodegradación del tapón. En comparación con otros tapones, Corkcoal ofrece -gracias a sus materiales- una menor transferencia de sabores al producto, por lo que al ser neutral cuenta también con unas mejores prestaciones organolépticas.
La colección Corkcoal se compone de tres modelos: Sharp, Barrrel y Cornice, con dos tamaños disponibles de 21,5 y 18,5 mm. Su diseño les hace perfectos para espirituosos. El carbón es un elemento clave en el proceso de elaboración de vinos y espirituosos y el uso de un tapón con este material dota de autenticidad a estas botellas. En Corkcoal el material y su apariencia, destacando sus cualidades naturales de carbón vegetal proveniente de fuentes renovables, prevalecen sobre la forma.