Recrear la añada perfecta

Un millésimé en Champagne generalmente se considera sinónimo de excelencia para las Cuvées de prestigio.

Por el contrario, en Laurent-Perrier, su convicción es que el arte del ensamblaje les permitirá crear lo que la naturaleza nunca nos dará: la añada perfecta.

La expresión de la añada perfecta es la de un gran vino de Champagne que ha desarrollado una profunda intensidad y complejidad aromática, logrando preservar su frescura y acidez a lo largo del tiempo. Sobre esta idea nació Grand Siècle en 1959.

Para lograr crear este vino, de una complejidad aromática, amplitud, profundidad y finura excepcional, Laurent-Perrier se apoyará en las características de los grandes millésimés de Champagne: frescura, estructura y fineza.

El ensamblaje de Grand Siècle se basa en principios que ahora son inmutables. Tres años excepcionales escogidos por su complementariedad entre los Millésimés de Laurent-Perrier.

En cada uno de ellos, mayoritariamente Chardonnay complementados con Pinot Noir, serán seleccionados de los 11 Grands Crus elegidos por la Casa para expresar el estilo Grand Siècle, entre los 319 Crus de Champagne.

Esta rigurosa selección es fundamental para permitirles recrear el año perfecto a través del ensamblaje. Después de un tiempo de envejecimiento de al menos diez años, esta producción limitada se revelará a través de una nueva iteración.

Ensamblaje de las añadas

2006 – 65 %. Los vinos del año se distinguen por su gran fineza. Los Chardonnays tienen aromas ricos y complejos de frutas blancas y los Pinots Noirs están marcados por una riqueza  aromática de frutos rojos guardando toda su elegancia.

2004 – 20 %. Un año marcado por la frescura de los Chardonnays y la elegante estructura de los Pinots Noirs.

2002 – 15 %. Un año de concentración en las dos variedades de uva que aporta mucha estructura al ensamblaje.

Características y Maridaje

Color intenso de amarillo claro con reflejos primaverales que evocan frescor. Nariz intensa que combina aromas de frutas cítricas confitadas, miel, flores de verano y algunas notas tostadas. Un suave ataque al paladar que lo recubre con el lado sedoso del vino. Al final,
la frescura de los cítricos confitados aporta longitud y tensión.

Grand Siècle iteración Nº23 acompaña productos de gran calidad y platos refinados, asociaciones tierra-mar: mariscos y pescados nobles como un rodaballo asado, un bogavante o una pularda trufada. Servir a 10°C-12°C para apreciar plenamente su riqueza aromática.

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