Los hermanos Ignacio y Carlos Echapresto acaban de recibir la segunda Estrella MICHELIN para su restaurante Venta Moncalvillo durante la presentación de la Guía MICHELIN España 2024, que se ha celebrado en el Auditori Fòrum del Centro de Convenciones Internacional de Barcelona.
“Ha sido una noche inolvidable y llena de emociones para nosotros, nuestro equipo y nuestra familia. Sentimos esta Estrella como un reconocimiento al trabajo que llevamos 27 años haciendo. La sentimos, sobre todo, como un premio para nuestra madre ‘Rosi’ sin la que nosotros no estaríamos aquí porque ella (quien falleció hace unos años) fue la que nos ayudó en la cocina en los inicios, nuestra inspiración y nuestro motor. También a nuestro padre, quien nos ha apoyado en todo desde el principio y está a nuestro lado siempre incondicionalmente”, declararon los hermanos visiblemente emocionados en la entrega del premio.
Ignacio es el responsable de la cocina y su hermano Carlos es el sumiller y jefe de sala, pero tras ellos hay un gran equipo que hace posible la magia cada día. “Sin nuestro equipo no somos nada, y esto es el resultado del trabajo de todos; nos sentimos arropados por ellos que han estado en las buenas y en las malas en todo el camino. Esta Estrella supone una buena dosis de ilusión para todos nosotros”, afirmaron los hermanos.
Una historia llena de estrellas
En el año 2010 Venta Moncalvillo recibió su primera Estrella MICHELIN, lo que convirtió a Daroca de Rioja (que contaba entonces con tan sólo 50 habitantes) en el pueblo más pequeño del mundo en albergar un restaurante con Estrella MICHELIN.
Este nuevo reconocimiento de la Guía deja presente que La Rioja sigue reafirmándose como la comunidad española que más Estrellas MICHELIN luce por habitante. Hace solo un año otro astro aterrizaba en Daroca, en este caso en forma de Estrella Verde MICHELIN, que fue recibida con mucha ilusión ya que como ellos mismos indican “supuso en reconocimiento al trabajo que llevamos años haciendo en favor de la sostenibilidad, porque estábamos y seguimos convencidos de que ese es el único camino para poder seguir ofreciendo en un futuro una cocina de calidad, comprometida con nuestro entorno, con nuestros productores más cercanos y con el planeta”.
El cliente como parte del paisaje
La Venta Moncalvillo que conocemos hoy en día dista mucho de la pequeña casa de comidas que Carlos e Ignacio abrieron para labrarse un futuro porque tenían claro que no querían irse de su pueblo como hacían por entonces otros jóvenes. A lo largo de los más de 27 años que han pasado desde que emprendieron en Daroca de Rioja, el restaurante se ha ido transformando en sintonía con las evoluciones personales y profesionales que han tenido los hermanos. Hace unos pocos meses, daban por finalizada una profunda reforma que les ha permitido crear una atmósfera óptima para que los clientes disfruten de la propuesta gastronómica que ofrecen.
En la actualidad, el comedor principal se funde con la huerta y el entorno a través de unos grandes ventanales, permitiendo que el cliente se sienta parte del paisaje y reafirmando el lujo de la inmediatez que abandera su proyecto. Pero les ha permitido, sobre todo, crear un espacio sostenible, respetuoso con el entorno y con el planeta que les acerca un poco más a tener el restaurante de sus sueños.
Filosofía riojana
El ser hijos de agricultores y ganaderos les ha marcado y es lo que sin duda determina el fuerte vínculo y compromiso que tienen con su entorno. Esto les ha hecho tener muy presente la importancia de poner en valor los ingredientes con los que trabajan porque siempre han sido conscientes del esfuerzo y trabajo que hay detrás de cada producto que llega a sus manos.
La filosofía de Venta Moncalvillo está basada en el origen de los productos, ya que se abastecen en gran medida de su propia huerta, ubicada en la misma finca y que cultivan desde 2010 en agricultura ecológica y desde 2018 bajo los principios de la biodinámica, con las únicas ayudas obtenidas de forma natural de animales y de plantas, evitando así el uso de químicos en sus procesos de cultivo. Crean su propio compost y gestionan su propio banco de semillas, con más de 250, que plantan año tras año y que dota a sus productos de una demostrable calidad y trazabilidad.
Desde sus inicios han sido fieles y coherentes con su filosofía de trabajo, y han mantenido intacto su profundo vínculo con su territorio, consiguiendo posicionar a Venta Moncalvillo como una de las propuestas con identidad más marcada del panorama gastronómico nacional e internacional. Hace pocas semanas eran incluidos en la «We’re Smart Green Guide», que identifica los mejores restaurantes de vegetales del mundo.
Los vegetales
Los vegetales tienen una gran representación en toda la oferta gastronómica de Venta Moncalvillo que cuenta desde 2020 con un menú totalmente vegetariano, que lleva por nombre “Hojas-Flores” compuesto por verduras, setas, hierbas y frutos. Pero las verduras y frutas son también protagonistas de sus otros menús “Raíces” y “Frutos” donde los platos lucen con productos de la despensa principal de Ignacio, que es el propio entorno, principalmente su huerta cultivada de forma respetuosa con el medio ambiente.
“Si nos preguntan por la clave de nuestro éxito, lo único que podemos decir es que no la hay, nuestro único secreto es trabajar incansablemente y ser honestos con el público a quién le gusta encontrar verdad y esto es lo que les ofrecemos”, nos dice Ignacio. Conscientes de que este reconocimiento conlleva una gran responsabilidad para ellos, Carlos nos indica que “no nos asusta, para nosotros la mejor manera de alcanzar objetivos es exigiéndonos cada día lo máximo, eso es lo que hacíamos ayer y lo que volveremos a hacer mañana”.
Son los impulsores también de Cocinas de Pueblo, un evento celebrado en dos ocasiones hasta la fecha, en 2019 y 2022, que pone el foco en visibilizar y dar valor a la cocina que se hace en pequeños pueblos alrededor del mundo, trabajo que ellos mismos hacen desde su propia casa, que ahora celebra esta segunda Estrella MICHELIN.
A partir de hoy, no cambiará nada en Venta Moncalvillo, la misión de la familia y equipo que lo compone seguirá siendo la misma: cuidar al máximo cada detalle para que todos aquellos que se acerquen a su casa disfruten de una experiencia memorable en un entorno único donde serán guiados por un apasionante viaje desde el origen.