Dieta de Salud Planetaria

La revisión de la dieta publicada en ‘The Lancet Planetary Health’ identifica varias áreas en las que se puede mejorar, sin perder en sostenibilidad y optimizando la salud pública.

La Dieta de Salud Planetaria (Planetary Health Diet) de la Comisión EAT-Lancet fue presentada en 2019 como una solución de alimentación saludable para las personas a la vez que sostenible para el planeta. Ahora, se acaba de publicar un artículo en la revista ‘The Lancet Planetary Health’ donde las autoras dan las claves para convertirla en una herramienta adaptable a cualquier entorno geográfico, cultural y social, manteniendo las bases de salud y sostenibilidad.

La Comisión EAT- Lancet propuso este modelo de alimentación enfatizando las ventajas de las dietas basadas en plantas. Sin embargo, este enfoque de reducción de carne ha suscitado críticas y ha provocado un debate sobre las posibles deficiencias de micronutrientes dentro del enfoque ‘plant-based’.

En consecuencia, se ha publicado esta última revisión donde la autora principal Anna-Lena Klapp (nutricionista de salud pública y directora de investigación en ProVeg International) sostiene que las preocupaciones sobre las posibles deficiencias en el contenido de micronutrientes de la Dieta de Salud Planetaria se pueden abordar de diversas maneras sin aumentar el contenido de carne.

Representada simbólicamente por medio plato de fruta y verduras, la otra mitad de la Dieta de Salud Planetaria consiste principalmente en cereales integrales, proteínas vegetales como legumbres y frutos secos, cantidades modestas de lácteos y pequeñas cantidades de carne y pescado.  

Medidas para mejorar la Dieta de Salud Planetaria

La revisión de la dieta identifica varias áreas en las que se puede mejorar, sin perder en sostenibilidad y optimizando la salud pública.

  • Crear una lista de recomendaciones para aumentar la biodisponibilidad y aumentar la absorción de los nutrientes presentes en los alimentos de origen vegetal. Por ejemplo, crear recomendaciones sobre el remojo de las legumbres, la fermentación, la cocción y el procesamiento, así como de determinadas combinaciones de alimentos, por ejemplo, alimentos ricos en vitamina C para aumentar la absorción del hierro.
  • Incluir alimentos y prácticas autóctonos. El papel de los alimentos autóctonos en los sistemas alimentarios resilientes y diversos no está incluido en la Dieta de Salud Planetaria; por ello, se recomienda que se incorporen y promuevan por sus beneficios medioambientales, nutricionales, culturales y socioeconómicos.
  • Ofrecer mayor información sobre cómo aplicar la dieta teniendo en cuenta las diferencias de género y las preferencias alimentarias, ya sea por elección ética, ecológica, religiosa, económica u otra.
  • Destacar los beneficios de la fortificación de alimentos que pueden abordar las deficiencias de vitaminas y minerales en las poblaciones de manera rentable y sostenible, como, por ejemplo, ya se ha hecho con la sal yodada.
  • Actualmente, la Comisión EAT- Lancet desaconseja el consumo de alimentos altamente procesados, sin tener en cuenta que hay alimentos altamente procesados, como el pan integral o la leche de soja fortificada con calcio, que pueden desempeñar un papel importante en las dietas saludables y sostenibles. Por ello se pide esta revisión pide que se ofrezca consejo sobre cómo elegir alimentos procesados más saludables en lugar de desalentar por completo la categoría.
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