El 22 de agosto se celebra el Día Internacional de la Leche Vegetal, una iniciativa puesta en marcha en 2017 por las principales organizaciones europeas que promueven la alimentación vegetal (ProVeg Internacional, Plant Based News, Animal Aid, Veganuary y Viva!), para impulsar el consumo de alternativas a la leche de vaca y productos lácteos de origen animal.
Y es que el consumo de leches vegetales en sustitución de leches animales gana cada vez más terreno y popularidad. Según el estudio “El mercado de las alternativas vegetales en Europa: ¿cuál es su tamaño real?”, septiembre 2020, producido en asociación con ProVeg International, publicado por el proyecto europeo Smart Protein3 y basado en datos obtenidos por la consultora Nielsen, se desprende que el mercado de alimentos vegetales está liderado por la leche vegetal (318 millones de euros).
Dentro del mercado de las leches vegetales, la de avena es la más demandada (125 millones de euros), seguida de la soja (91 millones de euros) y la almendra (57 millones de euros).
Líder en consumo en Europa
El estudio de Smart Protein señala que España lidera el volumen de ventas per cápita de leches vegetales en Europa. El volumen de ventas de leches vegetales en nuestro país es de 246 millones de litros, habiendo crecido un 14 % desde 2018. El valor de mercado de las leches vegetales en España ha aumentado un 15 % en ese mismo período y actualmente es de 318 millones de euros.
El mercado ha crecido en penetración (captación de nuevos hogares) en los últimos años y las bebidas vegetales ya llegan al 37 % de los hogares españoles, según un estudio de mercado de la marca de bebidas vegetales YOSOY. En 2021, el mercado continúa en aumento, gracias a una mayor frecuencia de consumo y un mayor volumen por acto de compra.
¿Por qué pasarse a la leche vegetal?
Porque son más saludables. La mayoría de los humanos pierde gradualmente la lactasa después de la infancia. Se trata de una enzima intestinal que permite digerir la lactosa presente en la leche. Por ello, entre un 30 % y un 50 % de los españoles padece intolerancia a la lactosa, según la Sociedad Española de Patología Digestiva.
Además, la alergia a la leche afecta a entre el 1 y el 3 % de la población, resultado de la reacción inmunológica a ciertas proteínas de la leche. La leche de soja también contiene ingredientes como las isoflavonas, que la hacen especialmente beneficiosa como parte de la dieta. Varios estudios han demostrado que el consumo de alimentos de soja puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, así como algunas formas de cáncer y osteoporosis.
Por reducir las emisiones de CO2
Si te preocupa el impacto ambiental, encontrarás otro motivo para pasarte a las leches vegetales: la producción de gases de efecto invernadero es entre dos y tres veces superior en la producción de leche de vaca que en la de leches vegetales.
La ganadería y el consumo de animales son una de las principales causas de la crisis climática mundial, ya que son responsables de alrededor del 20 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Las emisiones de las trece empresas lecheras más importantes del mundo aumentaron de 306 millones de toneladas de CO2 equivalente en 2015 a 338 millones de toneladas en 2017, según un informe del Instituto de Política Agrícola y Comercial (IATP) de Estados Unidos. Para hacernos una idea, esto supone casi las mismas emisiones anuales de CO2 de toda España en un año (que son de 332,8 millones de toneladas, según datos del Gobierno estimados para 2018).
La producción de productos animales necesita más zonas de cultivo que la de alimentos vegetales. Vastas áreas de bosques, prados y humedales son destruidos para plantar pasto con el que alimentar a la ganadería. Y, sin embargo, estas zonas absorben de forma natural CO2, lo que protegería a la atmósfera del calentamiento global.