El día 16 de enero es el Día Internacional de la Croqueta, el entrante por excelencia presente en todas las cartas de los restaurantes españoles. Venerada como plato estrella de la gastronomía española, nos podemos encontrar croquetas de todos los matices y rellenas para todo gusto de paladares.
Si bien su origen se sitúa en Francia, hace mucho -mucho tiempo- que este delicioso bocado se situó en el corazón de nuestro recetario tradicional por una cuestión muy sencilla: mejoramos la receta original.
Hoy en día está presente en restaurantes de todo tipo: clásicos, modernos, informales, de alto postín, veganos, gluten free… y, por supuesto, todo el mundo tiene una madre, una abuela o una tía que prepara las mejores del mundo.
El encanto de esta sencilla exquisitez, cuyo nombre proviene de la combinación del francés croquer (crujiente) y la terminación de diminutivo femenino -ette, reside en su versatilidad. Y es que pueden elaborar con carnes, pescados, embutidos, mariscos, hortalizas, hongos, quesos y una infinidad de ingredientes. De la misma forma, se pueden preparar con harinas y leches de distintos tipos.
No hay una forma igual de prepararla y es que, como se suele decir: cada maestrillo tiene su librillo. Y, como sucede con la tortilla de patata, aunque sigamos la misma receta, el resultado siempre es diferente.
Casa Suecia
Damos fe que Javier Utrero, jefe de cocina de Casa Suecia, en NH Collection Madrid Suecia 5* las hace increíblemente buenas. De jamón ibérico, chipirones en su tinta o hongos y boletus, el secreto está en la masa. Por supuesto, hay que servirlas recién hechas para que se mantengan crujientes por fuera y muy cremosas por dentro.
Descaro by Miguel García
Si hay algo de lo que pueden presumir es, sin duda, de sus croquetas. Y es que su chef Miguel García las prepara en Descaro tan ricas que no querrás compartir. Sin lugar a duda las de jamón son las nuestras favoritas, pero las de boletus… Para chuparse los dedos. Eso sí, si te atreves a innovar pregunta en sala, ¡porque seguramente te sorprendan con alguna propuesta diferente!
Irreverente
Es lo que pensarás cuando las pidas en Irreverente. Porque será el mejor picoteo para acompañar sus cócteles y combinados, más ahora que han acondicionado la terraza para el frío con un cerramiento. Y si hay un plato perfecto para compartir ese es, sin duda, unas buenas croquetas de jamón. Podemos asegurar que están requetebueeeeenas.
El Café de la Ópera
Si hay algo que les define es la tradición y por una carta más desenfada en su zona de gastrobar. «Trabajan con tres tipos, todas con receta casera, melosas y con buen relleno», nos cuenta su jefe de cocina. Tienen de jamón ibérico, con taquitos de jamón ibérico, de boletus y trompetas de la muerte o de rabo de toro guisado, que cocinan a baja temperatura estilo cordobes. ¡Todas son brutales!
Restaurante ÁTICO del hotel THE PRINCIPAL MADRID
El ‘primer 5 estrellas de la Gran Vía’ con vistas maravillosas a la arteria madrileña, celebra el Día Internacional de la Croqueta en plan Rosalía… con altura. El nuevo chef José Luis Costa propone, dentro de su carta y menús de cocina tradicional revisitada, unas exquisitas y crujientísimas croquetas de jamón ibérico de bellota que son la estrella de sus entrantes castizos modernizados.
Pabellón del Gran Café ‘El Espejo’
La joya modernista del Paseo de Recoletos devuelta a la vida el pasado verano por el empresario Aitor Enatarriaga, ya ha encumbrado sus croquetas dentro de su carta casual con buen producto y buenos precios. Las sirven, cremosísimas, de jamón ibérico.
Manero Claudio Coello y Manero Alicante
En Grupo Manero también estaban obligados a sumarse a esta celebración. Lo hacen con su exquisita receta que es uno de los ‘hits’ de este Bar de Tapas (con mayúsculas) a caballo entre la taberna de toda la vida y el spot más glamouroso con reminiscencias del lujo y el lifestyle de los años 20 del siglo pasado. Se trata de la croqueta de jamón ibérico Maldonado con leche fresca de vaca y exquisita mantequilla.
Mar Mía
El restaurante madrileño que aúna el saber hacer de Carlos Bosch (Manero) junto con Rafa Zafra (Estimar) y la famosa mano con los arroces de Luis Rodríguez (Casa Elías) ofrece unas exquisitas croquetas en el ambiente mediterráneo por excelencia de la zona de Sol-Palacio, tan de moda y repleta de aperturas como ésta. En este caso, es de boletus y jamón ibérico, muy melosa y absolutamente irresistible.
Kabuki Madrid
La croqueta japonesa de Kabuki Madrid es uno de los bocados que ha causado más furor desde que el restaurante abrió en el corazón del barrio de Salamanca de Madrid hace unas semanas. Maguro Koroke, como se denomina, es una croqueta de atún rojo cocinada en salsa Sukiyaki (dashi, soja, mirin y azúcar) y empanada en panko. Se emplata con mayonesa japonesa, salsa tare (soja, sake, mirin, miel y jengibre) y se termina con katsuobushi, unos copos de bonito seco que realzan el sabor.
Zielou
Con las cinco torres como testigo, el restaurante Zielou en el ático de la Estación de Chamartín, se pueden degustar platos que fusionan la cocina tradicional con ingredientes de todo el mundo convirtiéndose en una experiencia totalmente sensorial para los comensales, que se sorprenderán y disfrutarán con cada bocado. El chef Juan Sánchez ofrece sus clásicas Croquetas caseras rellenas de cecina de Valles del Esla y tierno puerro confitado con crujiente de parmesano.
La Sal del Mentidero
La Juana
El toque perfecto del sur. Punto de encuentro para los amantes de la buena comida y de las reuniones llenas de pasión, color y música, este restaurante muy cerca a la Plaza Mayor de Madrid. No puedes irte sin probar sus Croquetas cremosas del puchero de La Juana y las Croquetas de carabinero y alioli de azafrán y miel. Vuelan!
Pinzelada Lounge (BLESS Hotel Madrid)
El restaurante de BLESS Hotel Madrid es un espacio vibrante de diseño con una renovada experiencia gastronómica y una exquisita carta de cócteles de autor. Un espacio situado en plena Milla de Oro de Madrid que ya es el ‘place to be’ de la escena madrileña, donde comenzar con un buen desayuno, disfrutar del vermut y el aperitivo o de un almuerzo o cena a la carta. Además, ofrecen la oportunidad de sumergirse en los placeres más sublimes saboreando cada pequeño gran bocado de Jamón 5J con velo ibérico es la propuesta gastronómica de su chef ejecutivo, Víctor Cuevas.
Pucará
Este restaurante no solo se ha convertido en un referente gastronómico en Chamartín, sino que ha sabido honrar la esencia de la cocina peruana a través de estas creaciones culinarias únicas. Su enfoque renovado, pero respetando las tradiciones y jugando con los sabores, ha conquistado a los amantes de la buena comida. Pucará te seduce con este pequeño bocado de felicidad. Las croquetas evocan recuerdos y sensaciones como pocos platos, jugando con las texturas para enamorarte con sus versiones de croquetas de ají de gallina y las de osobuco y tuétano. Ambas propuestas de increíble sabor. Un deleite irresistible.
El Jardín de Arturo Soria
Desde su apertura en mayo de 2020, con Jesús González Espartero al frente, se ha convertido en uno de los vergeles más famosos de la capital. Sus croquetas, en carta desde entonces, son una opción imprescindible. La máxima de ‘producto, calidad y tradición’ también esta presente en esta ración (sabrosa y casera), que gusta a grandes y pequeños, de croquetas cremosas de jamón ibérico.
ERRE de Roca
Es el buque insignia del grupo La Roca, ubicado en Miranda de Ebro (Burgos). Con tan solo 16 meses de vida, acaba de entrar a formar parte del firmamento Michelin gracias a “las ideas claras y a la dedicación” de Alberto Molinero y su equipo. En su cambiante menú degustación, pueden colarse unas sublimes Croquetas de pato y trompetas de los muertos.
Hueso
Ubicado a escasos metros de la Puerta de Alcalá, es un local pensado para todos y para todo: picoteo informal, almuerzo con mantel, productazo y sobremesa, afterwork, la primera copa… e incluso eventos. En su carta no faltan las croquetas, que son extracrujientes gracias a la clara de huevo y al rebozado de panko.
La Fábrica
En el km 256 del Camino de Santiago francés, el chef Ricardo Temiño y su pareja -y socia- Cristina Lázaro han diversificado su negocio y ahora tienen un lado gastronómico -Ricardo Temiño Restaurante- ofreciendo croquetas elaboradas con mejillón bouchot , en donde el sabor a mar que imprime este molusco de origen francés es de inigualable resultado. Sabrosísimas.
La Taberna de Elia
Tras más de 16 años con la brasa a pleno rendimiento, La Taberna de Elia sigue al pie del cañón como uno de los mejores templos carnívoros… ¡y mucho más! Porque ganar -y mantener- un sol Repsol no es cualquier cosa. Para muestra, sus finísimas croquetas. Cata Lupu las hace de cuatro sabores distintos y se venden por unidades. Lo cierto es que todas ellas están de muerte, pero si hay que escoger… ¡que no falten las de fabada en la comanda!
La Terraza del Santo Domingo
Subir a las alturas de este acogedor restaurante y ‘sky bar’ es un plan redondo, sobre todo si se pide una ración de estos suculentos bocados. En la carta disponen de diferentes sabores que gustan a grandes y pequeños.
La Vasco Andaluza
Este restaurante recién llegado a Arturo Soria promete deliciosos viajes al norte y sur del país sin levantarse de la silla, porque su oferta gastronómica se nutre de recetas de dos de las gastronomías más sabrosas y reconocibles de España: la andaluza y la vasca; juntas, pero no revueltas, sin fusiones. En su carta destacan platos de punta a punta de la Península entre los que no puede faltar este bocado redondo en tres sabores. El truco del chef para que salgan perfectas es hacer la bechamel añadiendo leche muy caliente para conseguir la textura ideal.
Menudeo
El pequeño gran hermano de Colósimo -de Ricardo y Mané Romero- es un concepto diferente, con una zona de barra para ese ‘picoteo’ que le da el nombre y una sala para el regocijo del paladar. Ojo a sus croquetas porque Ricardo las hace de tres sabores y las de chicharrón -casero- son un escándalo. Sus trucos: “mucho cariño”… y después de empanarlas, mantenerlas en el frigorífico unas ocho horas para que no se rompan.
Taberna Linaza
Se trata del nuevo proyecto del genial Óscar Portal, una taberna con un toque castizo y algún que otro guiño francés ubicada en el corazón de Madrid, a solo unos pasos del Retiro. No puedes irte sin probar sus Croquetas Clásicas, de las que al abrirlas se nota la bechamel bien fina…
Uskar
Este bar-restaurante de la zona de Embajadores bien merece una visita para disfrutar de una cocina de mercado, de autor… y de la abuela ‘con vanguardia’. Porque así de variopinta es la carta de José Miguel Valdivieso, chef y propietario de este sorprendente rincón. Elaboran croquetas de varios sabores, así los más indecisos no tendrán que elegir.
Villoldo
Una carta donde todo apetece de principio a fin. ‘La culpa’ la tiene Pilar Pedrosa, quien lleva más de 40 años haciendo unas croquetas que enamoran. Van bien ‘armadas’ de mantequilla, harina cocinada como una roux a la que añade leche templada y toque de pimienta y nuez moscada (que le encanta a Pilar). La diferencia la marca el pan rallado de pueblo, nos confiesa. ¿A qué estás esperando?
El Casino (Llanes, Asturias)
Iván Álvarez -jefe de cocina- y Ricardo Sotres capitanean este restaurante que se sitúa en uno de los edificios más emblemáticos de Llanes y que data de la primera década del siglo XX. Con una cocina estilo bistró, no podían faltar unas increíbles Croquetas de jamón ibérico, con un relleno cremoso y fluido.
El Palace (Gijón, Asturias)
Junto al puerto deportivo y el Palacio de Revillagigedo (al que debe su nombre), El Palace es un restaurante con muchísima personalidad cuya propuesta gastronómica se puede disfrutar en sus diferentes salones -como si de una casa se tratase- y terrazas. La particularidad es que las Croquetas de jamón ibérico son (como el resto de la carta) sin gluten y absolutamente deliciosas, tanto en su relleno como en su rebozado.
Quince Nudo (Ribadesella, Asturias)
Que el chef Bruno Lombán es conocido por sus maravillosos arroces, es de sobra conocido. Pero en su restaurante riosellano también se pueden disfrutar sus inolvidables Croquetas de pitu caleya, con un una crujiente cobertura y un delicioso interior que se deshace en la boca, receta que le valió, en su versión jamón, el segundo propuesto de “Mejor Croqueta del Mundo” en Madrid Fusión en 2016.