Café de Lieja, la historia del postre que no existía

A pesar de tener el nombre de una ciudad de Valonia (Bélgica), tiene origen francés y es un regalo del país galo al belga por su actuación en la Primera Guerra Mundial.

Tomarse un café en Valonia es todo un deleite y no solo por su excepcional sabor, sino porque suele acompañarse de dulces, galletas, chocolate y nata. Sin embargo, para los más golosos, en la región existe una bebida que combina en un solo vaso la mezcla de café con dulces; lo que hace de esto algo más parecido a un postre que a un café: el café de Lieja o café Liégeois en francés.

Un café que no es de Lieja

La historia del postre europeo, es -cuanto menos- curiosa. El café de Lieja no procede de la ciudad valona, sino que su origen es francés. Durante la Primera Guerra Mundial, Alemania se posicionó en contra de Bélgica cuando el país se negó a dejar pasar las tropas germanas para luchar contra Francia.

Esto provocó una batalla entre Alemania y Bélgica en Lieja; que ejerció una heroica resistencia de doce días; retrasando la invasión alemana y permitiendo a los galos organizarse mejor. Como agradecimiento, Francia modificó los nombres de algunas de sus calles por Lieja – conservándolo hasta la actualidad- y cambió el apodo de su café vienés por café de Lieja.

… pero tampoco de Viena

Lo más llamativo de esta historia es que el café vienés, por aquel entonces, no hacía referencia a ninguna bebida concreta. Se acogían bajo este nombre los exclusivos establecimientos chic parisinos de finales del s.XIX y principios del s.XX que buscaban emular con su decoración, el lujo y la elegancia asociados a la capital austríaca. Cualquier tipo de café que se consumiera en estos lugares era considerado café vienés.

Además, dado que el Imperio Austro-Húngaro, con Viena como capital, fue aliado de los germanos en la Gran Guerra, los franceses encontraron otro motivo de peso para llamar ‘Lieja’ a esas exclusivas bebidas.

En Lieja (Valonia), café helado con sello de garantía

A medida que fueron avanzando las décadas, el café helado que se servía en los rincones más refinados de París fue, paulatinamente, asociándose con la denominación de café de Lieja; apareciendo este nombre en cada vez más recetas de café azucarado combinado con helado y nata o crema chantillí.

En la actualidad, la ciudad valona de Lieja lleva a cabo una iniciativa para promover el consumo del café de Lieja y garantizar también su autenticidad y calidad. Por todo el municipio, hay 28 establecimientos que sirven este producto bajo la etiqueta Le Genuine Café Liégeo; que asegura que el postre ha sido elaborado siguiendo la receta única y consensuada que lo define como café de Lieja, además de haber utilizado ingredientes de calidad.

¿Cómo preparar un café de Lieja?

Este postre es bastante sencillo de elaborar, por lo que si actualmente no puede disfrutarse en ningún establecimiento, solo se necesitan estos ingredientes para prepararlo: café espresso, helado de vainilla, nata, azúcar glas, esencia de vainilla y elementos decorativos (chocolate, frutos secos, granos de café).

La elaboración es muy sencilla: consiste en preparar un espresso endulzado y dejarlo enfriar. A continuación, se crea el chantillí mezclando la nata montada muy fría con el azúcar glas y la esencia de vainilla. Seguidamente, se vierte el café frío y dulce en un vaso, mezclándolo con el helado de vainilla (la textura conseguida debe de ser ligeramente líquida) y finalmente se añade el chantillí. Se recomienda dejar enfriar la mezcla durante unos minutos en la nevera antes de decorar.

También se puede preparar un chocolat Liégeois, sustituyendo el café por chocolate o bien, añadir un poco de licor al postre para darle un toque más intenso. Además, puede jugarse con los elementos decorativos al gusto; especialmente si se prepara en casa.

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